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ustedes voy a pasar más del 75% de mi vida, no?
Obvio que sí, y pretendo aprovecharlo completamente, amigas.
Es más que una persona. Algo que no es físico, algo que siempre llevas. Es eso que recoges por el camino y guardas en tu cajita de cristal, cuidadosamente acomodado en su interior de terciopelo. Todo eso en lo que crees, en lo que confías, en lo que sientes. Eso que más allá del mundo encuentras. Eso que te abraza cuando piensas que no puedes más. Algo que lamentas no ver. Porque el amigo no se ve, no se toca, no se huele. Simplemente lo sientes. Y, aunque se encuentre sentado a tu lado, tú nunca lo ves como la materia física que es. Su esencia oculta entre los pliegues del terciopelo de tu ya mensionada cajita de cristal. A veces lo miras a los ojos. A veces sientes su presencia. Sin embargo, el amigo no es la persona que ves. Es la persona que sientes. Es aquello por lo que darías todo.
Sentiste alguna vez lo que es, tener el corazon roto? sentiste a los asuntos pendientes volver, hasta volverte muy loco? si resulta que si, si podras entender, lo que me pasa a mi esta noche; el ya no va a volver y la pena me empieza a crecer, adentro, la moneda cayo por el lado de la soledad y el dolor; todo lo que termina termina mal, poco a poco, y si no termina se contamina mal, y eso se cubre de polvo; me parece que soy de la quinta que vio el mundial setenta y ocho, me toco crecer viendo a mi alrededor paranoia y dolor, la moneda cayo por el lado de la soledad otra vez no me lastimes con tus crimenes perfectos, mientras la gente indiferente se da cuenta, de vez en cuando solamente sale afuera la peor madera; si resulta que si, si podras entender, lo que me pasa a mi esta noche; el ya no va a volver y la pena me empieza a crecer, adentro. La moneda cayo por el lado de la soledad y el dolor la moneda callo por el lado de la soledad.